Ráfaga de viento. Helada. Que se mezcla entre cada una de las células de tu cuerpo. Que te pilla por sorpresa y te deja sin respiración. Me doy cuenta de que se ha llevado un sombrero calle abajo. Alguien corre detrás de él como si su existencia dependiera de ello. Intenta retenerlo a su lado, sin saber que sólo es un sombrero que quiere escaparse a vivir otra vida. El sombrero ha sido listo y ha aprovechado su oportunidad. Ese empujón definitivo que le ha permitido olvidarse del calborota. Igual todo esto sea una tontería, pero a veces me parece que necesito un empujón que me haga seguir adelante y olvidarme de las calborotas. Quizás hoy sea el día perfecto para dar ese salto. Fuera hace viento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos necesitamos un empujón a veces. Ya sabes, aquello de un empujón en la dirección correcta puede marcar una gran diferencia. Para mi vienen en forma de viajes, libros, canciones y cafés. Por supuesto ya sabes cuál es mi preferido.

London Inspection dijo...

Ya te he dado mi opinion, pero para que conste en acta... este si es tuyo. Y me gusta mucho. Habra que animarse a lo del empujoncito.

-Lucas.

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