A mí me empiezan a entrar dudas. Unos dicen que sí, otros que no. Alguno asegura que los ha visto. Por eso, este año me quedé despierta, y cuando entraron le pregunté al primero:

-Baltasar, ¿los padres existen?



...Inmortalizando mi momento favorito de las navidades. ¡Feliz Navidad a todos!
¡Acelera!, decía mi abuelo cuando no veía a nadie. Entonces yo empujaba la silla con todas mis fuerzas, intentando esquivar las camillas y los carritos de limpieza. Pero casi siempre, tarde o temprano, nos pillaba alguna enfermera. Entonces, volvíamos a la habitación. 

Allí me explicaba la primera vez que disparó un fusil y con una sola bala derribó un avión. 
Los meses que pasó oculto en el bosque sin comer ni beber nada. 
O como consiguió escapar del pelotón de fusilamiento. 
Mi abuelo siempre ganaba todas las batallas que contaba.
Por eso sabía que ésta del cáncer también sería pan comido.

Creo haber visto esta misma escena en los pasillos de un hospital. 
Y me he acordado de tí, iaio.
Ni subido a una escalera conseguiría besarte.
La certeza era aplastante, hormonal y gravitatoria.
Tanto como distante tu belleza y diminuta mi congoja.

Quise invertir las intenciones y cuestionarme si, tal vez, quisieras tú descender varios peldaños por besarme a mí.

Tampoco.

Descarté los métodos convencionales. 
Inicié un arduo entrenamiento. Cada día, cada noche.
Perder grasa, ganar músculo. Hop, hop.

Y así fue que la tenacidad venció a las leyes de la naturaleza.
Aprendí a volar y salí por mi ventana.
Aleteando ilusionado hasta tu casa y tu dormitorio. 

Pero fue allí donde me alcanzó la suela de una zapatilla rosa y tu voz, al fondo, gritando "bicho gafoso de mierda".

Y me convertí en dueño de mi destino, acepté lo que era... La rana. La rana que aún no era príncipe.

- Pero, escucha un momento: ¿desde cuando vuelan las ranas?

- Niño, calla. Esto... Ser rana, es muy importante.
...Un Trivial o un parchís.

Desde hace dias sé que tengo la obligación de escribir esta entrada. Y desde hace días quería hacerlo. Porque en realidad siempre he querido, lo malo es que hasta ahora no había podido. Va dedicada a todos aquellos que quisieron compartir una partida de Risk conmigo. Sin que se ofendan Carliños, Lluís y Carmen, por favor, nadie superará nunca aquellas partidas de Trivial, que siempre acababan en empate, ¿verdad chicos? ¡Dí que sí, Carmen!

Y, de verdad, que lo siento, yo no quería, pero lo dice la canción, lancé mis dados y salieron seises...Una vez, y otra, y otra y otra... Y otra más.

En realidad esta canción trata de la amistad. Eso tan raro que algunos (pocos) encuentran de casualidad y deciden mantener en el tiempo... Quién sabe si esta partida de Risk es el comienzo de algo. Al menos yo sí me esforzaré para que así sea.

Ya sabéis, una partida de Risk, conquistaré tú país, mezclaremos estrategias, objetivos y cartas... Por muchas partidas más.

PD. Está bien, vale, lo prometo: no volveré a ganar, pero dejadme seguir jugando... Por fa, por fa, por fa.

PD2. Elena! Comenta, y de paso, mándame el link de tu blog... :)

Rutinariamente intercambio sus pulseras identificativas sabiendo que cometo una gran injusticia, pero las órdenes del jefazo fueron muy claras. 

 - Si arriba está lleno, les cambias las pulseras y los mandas abajo.

Da pena leer esos informes impolutos, porque ves gente que ha seguido nuestros criterios al pie de la letra. Lo han hecho todo y al final no les ha servido para nada. Pero no seré yo el que le lleve la contraria al de arriba, con la de sacrificios que me ha costado conseguir este puesto. Además, el anterior lo hizo y no le he vuelto a ver por el purgatorio. 

Y aquí se vive muy bien.
Esto...

A veces, cuando eres pequeña y te ponen una película suele ser una película Disney. Una de las favoritas de mi hermana pequeña era Aladdin. Tanto es así que un año le trajeron el VHS de la película. A partir de entonces ya no pudimos ver ninguna otra película que no fuera Aladdin. Nunca. Imaginaros todas las canciones medio borradas, la cinta que ya no puede reproducirse ni una vez más y la banda magnética convertida en algo más fino incluso que el papel de fumar...

El caso es que de pequeñas cantabamos las canciones Disney, como cualquier niña feliz.Lo gracioso del asunto es que a mí me tocaba cantar las partes de Aladdin, indiscutiblemente ella cantaba las de Jasmine. Hoy he descubierto algo, María. Y es que una única persona puede cantar toda la canción entera ella solita. Así que en la gloria más alta de mi carrera me retiro

Mucha atención en el segundo 59, por favor.

He acuñado un nuevo verbo: cangurear. Lo reconozco, nunca lo había hecho antes... Y me ha encantado. He de decir también que se portaron bien los angelitos, tuve mucha suertre en mi estreno. Hubo magia, sonrisas, carcajadas y beso de buenas noches.

Me gustó mucho poder compartirlo contigo. Me sorprende cómo es verdad que no pasa ni un sólo día sin que aprenda algo nuevo. Será la vida, que nos regala ese tipo de momentos mágicos. Ayer no aprendí, porque ya sabía, que se puede ser muy feliz con muy poco. Pero está bien recordárlo. Y recordando, recordando...

Muchas gracias por regalarme una noche como la de ayer. Cada vez me gusta más tu familia y estoy deseando repetir. No sé si tendré permiso, pero hoy les regalo a ellas mi entrada.



Enséñaselo, ¿quieres?
- Hoy es un día especial... ¿Te lo he dicho ya?
- Sí, me lo has dicho, pero, ¿por qué lo es?

Ella se debatía entre contarlo o no. En realidad le parecía una tontería. Pero lo había estado esperando mucho tiempo. Encerrado dentro de una página perdida en el universo se podía encontrar una de las versiones de su canción favorita de aquel artista olvidado. Ésa canción tiene un significado especial para mí. Espero poder tener el tiempo suficiente para poder regalártela.

- Hoy es un día especial. Hoy el rey me devuelve algo de esperanza. Compartimos asombro juntos y éso, de alguna forma, me recuerda que puedo seguir luchando. Y aunque caiga... Me levantaré y seguiré luchando. Porque es lo único que me importa ahora. Porque eres lo único que me importa ahora...

Pero basta ya. Después de Elvis, el mundo fue diferente. Y ojalá...

Ladies and gentleman, please welcome, the King...


¿Vamos a Las Vegas, por fa, por fa, por fa?
   
   Esta es la historia de cómo algo que podría haber hecho tanto daño se convierte en una historia de amor verdadero. De cómo era necesaria la separación para tener un reencuentro. Nos hará más fuertes, a los dos. Espero que nos haga  ver qué es de verdad lo que necesitamos, qué es lo que de verdad queremos.

   Y es que... Todo el mundo hace daño alguna vez. Y todo el mundo llora, quizás más de una vez.  Pero ya me he dado cuenta de que encontrar el secreto es sencillo si el alma es noble. Como diría Michael Stipe:

"Everybody hurts and everybody cries... But hold on."

 

 When the day is long and the night, the night is yours alone,
When you're sure you've had enough of this life, well hang on
Don't let yourself go, 'cause everybody cries and everybody hurts sometimes

Sometimes everything is wrong. Now it's time to sing along

When your day is night alone, (hold on, hold on)
If you feel like letting go, (hold on)
When you think you've had too much of this life, well hang on

'Cause everybody hurts. Take comfort in your friends

Everybody hurts. Don't throw your hand. Oh, no. Don't throw your hand
If you feel like you're alone, no, no, no, you are not alone

If you're on your own in this life, the days and nights are long,

When you think you've had too much of this life to hang on

Well, everybody hurts sometimes,

Everybody cries. And everybody hurts sometimes
And everybody hurts sometimes. So, hold on, hold on
Hold on, hold on, hold on, hold on, hold on, hold on
Everybody hurts. You are not alone...

Hello world hope you're listening
Forgive me if I’m young for speaking out of turn
There’s someone I’ve been missing
I think that they could be the better half of me
They’re in the wrong place trying to make it right
But I’m tired of justifying so i say you’ll..


Come home, come home
Cause I’ve been waiting for you
For so long, for so long
And right now there's a war between the vanities
But all i see is you and me
The fight for you is all I’ve ever known
So come home


I get lost in the beauty of everything i see
The world ain’t as half as bad as they paint it to be
If all the sons if all the daughters
Stopped to take it in well hopefully the hate subsides and the love can begin
It might start now.. Well maybe I’m just dreaming out loud
Until then


Come home, come home
Cause I’ve been waiting for you
For so long, for so long
And right now there's a war between the vanities
But all i see is you and me
The fight for you is all I’ve ever known
Ever known... So come home


Everything I can’t be is everything you should be
And that’s why i need you here
Everything I can’t be is everything you should be
And that’s why i need you here
So hear this now
Salvo quizás, por esa casi imperceptible gota de sangre seca. Porque, por lo demás mi aspecto es impecable. Voy con corbata blanca, como era preceptivo; con mi frac, mi chistera y mis zapatos de charol bien relucientes. Me he lavado los dientes y llevo un pañuelo bien doblado en el bolsillo. Voy sobrio y sonrío a los extraños con comedimento, pero con la suficiente calidez para no parecer muy envarado. No hablo de política ni de temas que puedan producir engorro en quien me escucha. Pero me miran mal y cuchichean. ¿Será acaso por esa tontería de que no aparece mi figura en los espejos?
Creen que es alergia, pero es amor.

Y se compran mascarillas y se vacunan, por precaución. Dejan de besarse en los saludos. Si es que son tontos. ¿Antes? Antes bastaba con rozar su piel, ¿pero ahora? Ahora, llegan a casa, detectan las pupilas dilatadas, sienten la roja opresión en el pecho y se lanzan a telefonear a urgencias.

¿Qué tengo doctor, qué tengo?, preguntan como idiotas.
Pues yo os lo diré: lo que tenéis es miedo. Mucho miedo.

Más miedo que nunca, pensó el chico rubio, con miles de rizos en su cabello. Sacudió sus alas y cuando llegó su turno, depositó arco, flechas y carcaj en la ventanilla del paro.
La decisión era suya. ¿Para qué preguntar a nadie? Una vez puestos, qué más da, ¿verdad? Si sólo son unos 114. Poquitos en comparación. El problema era otro. El problema era como iba a ingeniárselas para partirse exactamente por la mitad los martes y jueves. Todos sabemos que si no te partes por tu mitad simétrica, algo imposible, es difícil volver a casar las piezas si no. Y tenía miedo por éso.

Los lunes, la historia sería diferente, porque para qué hablar, ella ya había aceptado que para quedar perfecta después de una partición en tercios tenía que utilizar un instrumental que no poseía.

Graciosos serían esos cinco martes del año, donde de ocho de la mañana a, aproximadamente, nueve de la noche estaría, quitando de un par de horas, haciendo como que aprendía algo.
¿Quén hace los horarios? O como diría Borges, ¿qué dios detrás de dios la trama empieza?

Para colmo, parece que le obligan a matricularse en Alemán e Italiano, lenguas que desgraciadamente no domina. Pero ella se ríe. Es el último año de facultad y no se siente abrumada. Con calma, por favor.

Ocho y media de la mañana, el último sueño dando guerra y un ordenador que da problemas. Además, hablan en alemán e italiano... ¿Interesante combinación?

Patata, no te sorprendas tanto, que me las vas a pagar, con lo bien que nos hemos llevado estos cuatro años y cinco cursos...

La emoción te embarga. Las lágrimas recorren tus mejillas. Sin poder evitarlo. Sin querer evitarlo. Y no por la fachada barroca. Y no por el dolor de cada uno de tus músculos. Las lágrimas no se derraman por haber alcanzado la meta o porque la aventura se acabe.

Aquel día, las lágrimas se deslizaron suavemente de mis ojos por todos y cada uno de los días que habíamos compartido. Por aquel amanecer que compartimos juntos. Por la primera estrella de la mañana. Por el verde puro de los prados, por el azul límpido del cielo. Por el cansancio, por el dolor pero también por las caricias, los abrazos, las muestras de cariño, de ternura, de amor.

Y porque habíamos conseguido llegar juntos. Y porque nada nos había detenido. Porque hemos aprendido a caminar juntos. Porque nuestro primer viaje juntos me había enseñado tantas cosas de ti, de las que ni siquiera aún me he dado cuenta. Un paso tras otro a tu lado me ha demostrado que tenemos que viajar juntos, uno al lado del otro, que tenemos que navegar en la misma dirección, que tenemos que complementarnos, que tenemos que ayudarnos. Que me tiendes la mano cada día de forma tan sincera que sería un error no darse cuenta. Algo ha cambiado. Algo ha tocado nuestra vidas por siempre y para siempre. Tengo tantas esperanzas puestas en este año que empezamos juntos. Vívelo conmigo, junto a mí. Yo no quiero perdérmelo, ¿y tú? Siento que este viaje nos ha unido, nos ha hecho fuertes, que estos pasos me ayudarán mirar hacia delante, a aprender a perdonar, a comprenderte mejor. Ojalá sea así, porque aún tengo muchas ganas de seguir caminando contigo. Y no he encontrado mejor metáfora que éste camino para convertirla en realidad.

Serán tantos y tantos buenos recuerdos a los que volveremos juntos que tiemblo al pensar que se me escape algún detalle, alguna sonrisa, alguna caricia... Prométeme que estarás conmigo para no olvidar nada...

... Y te doy las gracias, de corazón, por querer vivirlo conmigo.
Lo miró antes de darse la vuelta. Escuchó sus pasos perdiéndose en el pasillo oscuro, escuchó el ruido suave que hizo al cerrar la puerta, y se quedó en el despacho, llamándola en silencio, abominado de las casualidades, de la suerte y de la histoira, de los veinte años que les separaban, y se asomó a la ventana para verla una vez más antes de que ella se marchara para siempre de aquella ciudad y de su vida. La observñi caminando en silencio por el sendero de piedra que llevaba a la cancilla del jardín. La vio empujar la verja roñosa con las manos blancas, y desde allí ella se volvió por última vez. Él levantó la mano en un gesto que nunca supo si era de despedida o bien un intento desesperado de detener su marcha. Ella aún estaba mirándolo, parada delante de la puerta de hierro, cuado empezó a llegar la gente. Había fotoógrados, había reporteros armados de micrófonos, cámaras de televisión. Escuchó aplausos, algunos gritos de felicitación, vio los primeros destellos de los flashes y no tardó mucho en comprender que finañmente había sucedido. Le había dado el Premio, pero Cósimo Herrera no se movió de la ventana. Desde la reja llena de herrumbre, desde la distancia imposible de sus veinte años, Luisa del Amo también segía allí.

Y todo lo demás había dejado de existir mientras en su cabeza iba cobrando significado la letra de un tango...


Que veinte años no es nada,
Marta Rivera de la Cruz

Ruinas, ¿no ves que por dentro estoy en ruinas? Mi cigarro va quemando el tiempo, tiempo que se convirtió en cenizas. Raro, no digo diferente, digo raro. Ya no sé si soy yo el que está al revés o soy yo el que está cabeza abajo.

Y aunque sé que no es mío brindo por aquellos momentos en los que creiste que Fito era el mejor guitarrista del mundo. Y por aquel momento que me pasé una tarde entera intentando averiguar cuál era la canción que el chico que se sentó a mi lado dijo que era evocación a uno de mis libros favoritos, Momo, en una clase cualquiera de Sociedad de la Información, ¿te acuerdas? Sé que no es tu favorita. Pero la mía sí. Aunque sea sólo por ese recuerdo...



Me sorprendió la melodía, la letra y el hecho de verme buscando algo que sabía que no encontraría. Sí. Yo no me sé las canciones, ni los acordes. Pero esta fue una de las primeras canciones que compartimos. Sin ni siquiera escucharla juntos. Hoy Fito toca en Valencia. ¿Que cómo lo sé? Simplemente porque sé que te gusta. Y porque quería sorprenderte. Pero hoy suenan los Beatles. También en casa. Canta, yo te escucho...


Un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera. Eso era esta mañana. Atemporal. Y sin miendo se despertó. Se vistió, arregló la habitación y desayunó con su familia. O lo que quedaba de ella. Las demás sillas no estaban vacías:migas de galletas, tostadas, incluso una mancha de mermelada paracía que no querían desprenderse de la mesa ese día cualquiera, de un mes cualquiera de un año cualquiera.

Pero no era un día cualquiera. Era el día en el que volvía a empezar todo, o terminaba todo para siempre. Así que se dijo a sí misma que no valía la pena. Que lo que tuviera que pasar, que pasara. Que el vivir no va desemparejado del sufrir. Y si pensaba que para vivir había que sufrir, había vivido mucho. Quizás demasiado. O quizás todavía no se había enfrentado a la vida de verdad. Seguro que no. Pero el mundo no tenía por qué enterarse. Qué más les daba a ellos, ¿verdad? Así que aunque sólo fuera por ella decidió ponerle nombre: 26 de abril de 2010, lunes, para no olvidarlo nunca.

Y eso sólo significa que toca luchar. Pelear. Sufrir... Y vivir. Y con una sonrisa... Porque es de héroes sonreír cuando el corazón llora.
El mes d abril es un mes curioso. Nunca se mete con nadie. Lo cierto es que le sabe mal ser el mes lluvioso, éso, a la gente, le pone triste, con tantos nubarrones. Pero sabe que no es culpa suya, que a alguien le tiene que tocar.

El mes de abril es un mes celoso. Sí, se sabe parte de la primavera, que la sangre altera, pero también sabe que la gente suele preferir el mes de mayo, que es cuando empieza a hacer calor, o al menos un calorcito de esos que te permiten pasear tranquilamente por la noche sin helarte de frío.

El mes de abril es un mes feliz. El año ya empezó hace tanto que la gente se olvida de la cuesta de enero, el corto de febrero y el ventoso marzo.

El mes de abril es un mes culto. Alberga el día del libro. Se sabe interesante, inteligente, sabio. A fuerza de la experiencia. Y aunque las rosas tiemblen y las estanterías se aligeren siempre es bueno saber que contigo, la gente, aprende un poquito. Aunque sea un poquito.

El mes de abril es un mes de playa. No hace frío, ni tampoco calor, los largos paseos por la orilla no abrasan y a nadie se le ocurre... A nadie menos a mí. Por eso los antiguos griegos le llamaron espuma, aphrilis. Para que nadie se olvidara que es un plan perfecto.

El mes de abril es tantas cosas... Y ahora vendrá a recordarme que ya no soy feliz.

El mes de abril solía ser mi favorito. El mes de abril me aventuré por tí casi sin pensar. Y apenas te percatas de ello. El mes de abril solía ser mi mes de abril. Pero este año, aunque lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón... Escribo...

¿Quién me ha robado el mes de abril?



Se sentía triste y sola. Agotada.

- Y entonces...
- Entonces, ¿qué?
- Entonces, lluvia de verano...

Nada se puede hacer contra esta lluvia de verano sino dejar que llegue a empapar tu escencia, que espera paciente al arco iris.

Quizás esperé, y ahora sé que es en vano, que mataras monstruos por mí... ¿Por qué? ¿Por qué no lo entiendes?
Espera antes de entrar a la consulta del médico. Distraída. Como si la cosa no fuera con ella. Sus ojos se posan en un cartel que pide silencio. En los ojos de un niño que se debate entre dormir o ponerse a llorar. Se siente extraña, pero será la inflamación de garganta. Se siente lejos, pero puede que sea el mareo. Se dice. Sigue esperando. Pero sabe que no tiene cita. Así que no puede hacer otra cosa.

De pronto, sin previo aviso, las lágrimas se agolpan en sus ojos. Siente cómo la garganta se seca. Hace tremendos esfuerzos por no llorar. Se siente sola. Perdida. Y eso que sólo será una infección. Un antibiótico y a casa.

Recuerda. Y todavía se siente más sola. Baja la mirada, para que no vean sus lágrimas.

- ¿Estás bien?
- Sí, sólo me duele un poco... Pero se me pasará.
- ¿Qué te duele?

Y es incapaz de responder. Será la ternura con la que ella pronuncia las tres palabras. Será que está baja en defensas. Será que no ha dormido bien. Será que no le sienta nada bien estar malita. Será que echa de menos...

Pero no puede evitar que se le escape una lágrima que avergonzada se limita a esconder.

Será...

- Vámonos, por favor - Suplica.


Un día llamé a Bill y le dije: 'Tengo un nuevo personaje llamado The Bat-Man. En ese momento, sólo le había dibujado una pequeña máscara, similar a la que portaría eventualmente Robin. Bill me dijo: '¿Porqué no lo hacemos lucir más como un murciélago, dibujándole una capucha con dos hendiduras en los ojos, con tal de hacerlo más misterioso?' Hasta entonces, The Bat-Man vestía un traje rojo.

¿Un Batman vestido de rojo? ¿Eing? No, no, no y no.

Las alas, los calzones y la máscara eran de color negro. Yo pensaba que el rojo y el negro serían una buena combinación, sin embargo Bill me dijo que la vestimenta resultaba demasiado brillante.

Evidente, chico... Los hombres, que desde los principios de los tiempos no saben combinar colores...

Me sugirió al respecto: 'Coloréalo de gris oscuro para darle un toque más siniestro'. La capa lucía como un par de alas rígidas de murciélago, sujetas a los brazos. Cuando lo comentamos, concluimos que esas alas le estorbarían a Bat-Man en las escenas de acción,

Ajá.

Así que las convertimos en una capa con terminaciones triangulares para que luciera verdaderamente como el ala de un murciélago cuando estuviera peleando o columpiándose sobre una cuerda. Además, desde un inicio Batman no llevaba guantes,

¿Un superhéroe sin guantes? Los inicios son duros, incluso para un superhéroe...

Batman y Robin, Tom y Jerry, el Gordo y el Flaco, Simon & Garfunkel... Inseparables. Ciertamente lo son. Y no les culpo, es mejor vivir en compañía. Pero, es un apretón de manos después de un trabajo bien hecho y el superhéroe se queda solo. O la superheroína, quién sabe.

- Creo que voy a cambiarme el nombre... - dice ella, casi sin pensar.
- ¿Sí? ¿Y qué nombre te vas a poner?

Se queda callada un momento. Concentrada. Buscando en su mente el esperpento. Al final exclama:

- ... Batman.

Y lo dice seria. Sin ningún tipo de reparo. Pronunciando todas las letras despacio. Y él la cree. Porque le encanta. Aunque sepa que acabará convirtiéndose en Robin...

***

- ¿Sabes? Ayer leí que en Australia te cambian el nombre por 60 euros...
- Ahm... ¿Estás pensando en cambiártelo?

Ella sonríe.

- Claro...
- Hombre-Murciélago, ¿cierto? No sé como quedará, espera... Hola, te presento a mi novia. Se llama, bueno, esto, se llama... Batman... Pero creo que podría acostumbrarme...

Pero no le importa. Porque ella le encanta y no le importará convertirse en Robin.

***

- ¿Sabes? El caballero oscuro tiene miedo de la noche, no es tan fuerte como creía, y no tiene superpoderes. Mecahcis, tenía que haber pedido otro superhéroe, ¿puedo cambiar?
- Ah, no no, eso sí que no...
- Pero, pero...
- No.

Porque aunque le sigue encantando, ya ha comprado un disfraz de Batman para ella. Y cambiar ahora...

- Igual me estoy precipitando con eso del cambio de nombre. Además ahora es mi santo y...
Y él sonríe, porque le sigue encantado.

***

- ¿De qué has hablado hoy, cariño?
- De superhéroes.
- Ah. Muy bien.





Igual me estoy precipitando pero empiezo a echarte de menos... Y creo que no es bueno, ¿verdad? No me creía capaz de escribir tanto acerca de superhéroe.
- ¿Te apetecería tomar un café conmigo?

Así, sin más. Alguien a quien no conoces de nada dispara. Alguien que ha tropezado contigo en la calle y que amablemente ha recogido tus libros, papeles y demás. Alguien que se ha fijado en que tienes una sonrisa triste, la mirada perdida, 29 años y todo tu ser parece gritar que necesitas un hombro en quien llorar. O eso es lo que él cree. Y ese alguien pregunta si te apetece un café.

Ella no contesta. Le lanza una mirada inescrutable y se deja arrastrar más por pereza que por curiosidad a una cafetería cercana. El tiempo se suspende y ya no hay reuniones, entregas de proyectos ni libros a medias.

- ¿Te gusta el café? - Pregunta ella.
- Sí. Me gusta solo. Amargo. ¿Y a ti?
- A mi acompañado. Y dulce.
- ¿Por algo en especial?
- Sí. Yo ya estoy lo suficientemente sola y la vida ya es lo suficientemente amarga.

Él sonrie, sin levantar la mirada. Se sabe fuera de lugar en el mismo momento en el que bucea en sus ojos. Pero eso, a él, no le detiene, conquistador de sonrisa fácil y mentirosa. Peina sus primeras canas. Se sabe atractivo.

- ¿Te han invitado alguna vez a tomar café para desayunar?
- No. Nunca.
- ¿Por alguna razón en especial?
- Sí. Yo no tomo café.

La conversación podría haber seguido. Podría haber salido bien. Podrían haber dejado pasar los minutos, las horas, los días, el ya te llamaré y el esperaré tu llamada. Pero era una pérdida de tiempo. No funciona así. Y él lo sabía.

Dulcemente la chica le dice que no. Sus ojos piden a gritos que la disculpe, como si fuera ella la culpable. Se levanta sin hacer ruido y sin despedirse sale a la calle. Desaparece.

Y él torpe, tarda un segundo más de la cuenta en saber que es diferente. Que es única. Y que jamás encontarará nadie como ella. Se levanta y deja caer la silla, ruido ensordecedor, abre la puerta y chirría, se cierra de golpe. Mira entre la gente, queriendo recuperar esos ojos transparentes y puros. Pero es imposible. Ha desaparecido. Se siente perdido, y alguien le hace un favor. Escucha algo, no sabe muy bien de donde viene la voz...

- Es un ángel, le dicen.

A partir de entonces le gustará el café acompañado. Y dulce.

Y su vida cambia para siempre.
A veces es fácil sentir que eres el único en el mundo que está luchando, que está frustrado o insatisfecho, quedándose atrás. Pero ese sentimiento es mentira.

Y si aguantas, si encuentras el coraje necesario para enfrentarte a todo un día más... Algo o alguien te encontrará y hará que las cosas sean mejores. Porque todos necesitamos un poco de ayuda a veces. Alguien que nos ayude a escuchar la música del mundo. Alguien que nos recuerde que no siempre será así.

Me dijeron que habría alguien ahí fuera... Y que ese alguien me encontraría. ¿Será verdad o sólo un final triste que se asemeja tanto a la realidad que no me permite soñar? Hablo de verdad, como si fuera mía... Seré estúpida, la única verdad es que me quedo fuera. Siempre me quedo fuera.



What do I do when my love is away... Y la canción sigue, inevitablemente, con sus acordes, con sus notas, con su letra... Get high with a little help of my friends...













Ahora ya poco importa, no te molestes, me vuelvo a mi burbuja de cristal. Espero poder volver a unir los pedazos.

Sé sincera... ¿A que no te apetece ir?
Si es que, verás, no lo hago por mí...

Me miré al espejo una última vez por aquel año. No me reconocí. Se escapó una lágrima, la última del año, y se corrió el rímel. Y yo, que nunca me pinto los ojos, me encontré desmaquillándome y volviendo a maquillarme, sólo por ti. Recuerdo que aquella noche hacía frío. Demasiado para poder echarme sólamente el chal por los hombros. Tomé prestado un abrigo que me quedaba grande, igual que todo lo que llevaba debajo. Pero no tan grande como el gigante al que me iba a enfrentar.

Me asomé, tímida, a la calle. Allí estaba él. Sonriente, traje de chaqueta y mocasines. Le abracé y le deseé un feliz año, que se quedó corto para todo lo que deseaba decirle. Me regaló un noche mágica, me llevó al lugar donde empezaronn a crecer los primeros sueños, me habló de lo que deseaba y bailamos. Su carta, la música, la luz... Y él. Todo fue fue perfecto. Tanto que volvió a escapar una lágrima, la primera lágrima del año. Y me abracé a él con fuerza. Y sí, ahora lo sé, con un miedo infinito a perderle.

No sé cuánto tiempo estuvimos abrazados. Sólo sé que cerré los ojos y lo sentí cerca. Tantas cosas por vivir que siento que el tiempo se me escapa, que el tiempo se nos escurre entre los dedos. Que siento que me pierdo y no encuentro la salida de este laberinto.

Me regalaste una noche casi mágica. Y lo entiendo. A lo del casi me refiero. Fui feliz, muy feliz, no lo dudes. Pero sé que aún me quedan muchos más momentos de felicidad que quiero vivir a tu lado, si me dejas. Y quiero vivirlos casi tanto como miedo tengo a vivirlos. Y sólo el tiempo y quizás la próxima Navidad, tienen la respuesta.
¿Sabes? Me hubiera gustado congelar aquel segundo en el que Orfeo, el chico de Eurídice, se vuelve a mirarla. Si hubiera podido congelar ese momento nunca más hubieran estado separados. Viviendo en un instante infinito, juntos y nada más. Algún día sabrás por qué.

...Ven, cierra los ojos que te llevo a un lugar...

Protegidas!

About

:)