En un país muy lejano existió hace muchos años una oveja negra, la única de su ganado. Era distinta de las demás y por ello muy respetada. Despertaba la simpatía del resto del grupo, y todas la miraban pensando en lo mucho que les gustaría a ellas ser también de diferente color, en vez de ser como todas las demás ovejas, que eran rojas.

A todas les gustaba preguntarle acerca de su color, y no dejaba de sorprenderles el hecho de que pudiera parecerse tanto al carbón. Muchas veces se tiraban al barro o se revolcaban por el verde césped para cambiar de color y ser también distinta: Todas querían ser la oveja negra.

2 comentarios:

Hechos para rodar dijo...

Bonita historia.
Tiene un aire al anterior post "Ya lo dice la canción".

Anónimo dijo...

Bonita historia. Me gusta que la oveja negra sea, por una vez, el modelo a imitar. ¡Ya era hora! Enhorabuena por vuestro blog, Punto y Coma.

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