Hasta siempre Vladimir. Eso fue lo último que dijiste, ¿te acuerdas? Qué tonto, claro que no te acuerdas, eras demasiado pequeña para acordarte. Siempre me he preguntado cómo alguien tan pequeño (y no me lo reproches) puede llegar a saber tantas cosas... Y, eso mismo fue lo que leíste en mis ojos aquel día, tantas cosas. Tantas cosas que deseabas saber pero que no te atrevías a preguntarme y otras tantas que sabías y que no quisiste contarme. Lo mejor fue que no intentaste preguntar nada. Y no lo hiciste. Bueno, miento. ¿Volverás?¿Te acuerdas de aquel volverás? Espero que lo hayas olvidado, pero te diré algo, a cada paso que doy me acuerdo de ese volverás. Ahora, mucho tiempo después me da vergüenza hacer algo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo. Ahora, en esta carta que no debería existir soy incapaz de contarte todas esas cosas que necesitas saber. Supongo que después de tanto tiempo sólo necesitas una: que no te explicas, ni jamás te explicarás como alguien pudo separarse de ti. Hasta siempre Vladimir, porque tú nunca me llamaste papá.

1 comentario:

Hechos para rodar dijo...

¡Por fin tenemos las fotos simbólicas de la fotógrafa coma!
La historieta está bien pero el público pide morbo...Queremos historias de esa cuñada fea y tonta, asterisco creo que se llama...

Protegidas!

About

:)