- No voy a volverme, ¿vale?
- Está bien, como quieras.

Sólo pudo aferrarse a una idea cuando lo vio partir, y es que no hay despedida más grande que un regreso. Ella esperaría un regreso. Y para el suyo ya había comenzado la cuenta atrás. Había que aceptarlo, viajar es imprescindible. Un signo nato de inteligencia. Y él era inteligente. Tanto, que emprendió su viaje aún sabiendo que a veces sería incapaz de reprimir la tristeza. Y volvería más sabio. Con mil ideas nuevas en la cabeza. Con la seguridad que se tiene al saberse superviviente en una ciudad extraña. Y, mientras, ella esperaría pacientemente. Descontando días. Recordando momentos casi mágicos. Pensando en...

Prometió no mirar atrás, pero no pudo evitar volverse y lanzar un beso al aire.

1 comentario:

Juanma dijo...

Siempre vuelve a amanecer.
Y tu siempre vuelves a escribir aqui, siempre parece haber algo detrás de cada punto y coma.
Me encanta.

Quedan 28 dias. Y George no para de dibujar emoticonos sacando la lengua.

Un beso. Juanma.

(¿Donde se quedó Lucas?)

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