El azar desea cosas imposibles para instantes imposibles. El azar, más caprichoso si cabe que el destino, ha hecho que en el momento menos pensado suene una canción en una espera de tren. No divagaré sobre la actualidad de los temas del hilo musical. Pero sí me acordaré de las noches adolescentes en las que me dormía escuchando canciones como esta. No fue mi preferida. Olvidé la letra y la melodía se oxidó en mi cabeza. Pero jamás podré olvidar que una parte de ella decía lo que creí que sería una verdad, que el amor verdadero es tan sólo el primero, que puede que los demás sean sólo para olvidar... Me muerdo la lengua. La pregunta lucha por romper el silencio, hasta que me doy cuenta de que no vale la pena conocer la respuesta. La intuyo y eso basta. Mis palabras mueren, se pierden y viajan al limbo de las preguntas que nunca nacieron. No tengo ganas de visitar ese cielo.

Puede que el amor verdadero sea tan sólo el primero. Pero puede también que nunca nos demos cuenta de cuál es ese amor verdadero. De cuándo amamos de verdad por primera vez. Nunca lo sabemos. Puede que en este preciso instante mi amor verdadero lleve un póker de ases en la mano.

Y ella se enamora otra vez. En ese tiempo suspendido. El tiempo justo para lanzar un beso al aire y volverse a mirarle en el último segundo.


1 comentario:

Juanma González dijo...

Esa canción... También tu te has fijado? Esa ha sido la única parte de la letra en la que mis dedos no han repiqueteado. Porque no creo que sea cierto... por mucho que lo diga una cantante de éxito.

Y aunque al mus se juega con baraja española, y no hay poquer que valga... estamos remontando! Después de cenar será la hora de la verdad!

Mil besos...

Protegidas!

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