Apoyaron las manos sobre el piano. Ninguno de los dos se movió. Ella giró un poco la cabeza, con lo ojos cerrados, pronunciando su nombre en un susurro.
-¿Es ésta la razón por la que has venido esta noche?
Hubo un breve silencio, y luego respondió a media voz:
3 comentarios:
oh! que bonito...
sencillamente Hermoso..
Besos :)
Simplemente genial....
¿Cuándo vendrá a la que yo espero?, en fín paciencia.
Un abrazo.
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