El músculo cardíaco tiene una propiedad más o menos sobrenatural. Cuando la primera célula del embrión se pone en funcionamiento transmite su energía a la que está a su lado. Y esta de nuevo a su vecina. Acompasan sus latidos y el corazón empieza a latir. Es sólo entonces cuando frágil, se da cuenta de que inevitablemente está destinado a romperse. Es un músculo cualquiera, ¿verdad? Puede que los músculos se cansen de hacer siempre lo mismo. Pero este no lo hace. Por muy cansado, magullado o dolido que se sienta sigue y sigue latiendo, al compás de una canción inventada... Suerte, por lo menos aunque nosotros no queramos, él se ocupa de seguir. Solo. Será frágil, pero no nos necesita para nada. Aunque haya veces en las que caes en la cuenta de que... De que no sólo es un músculo.



Pero éste es el músculo cardíaco. Y yo decidí ser músculo esquelético estriado. Qué lástima.

2 comentarios:

Pablo dijo...

El hablar así de un corazón que cree empezar a romperse no es más que el signo de una tremenda tristeza. No eres la célula de un músculo esquelético estriado. Eres mucho más que eso. Lo sabes. Así que lucha. Y nunca olvides que si quieres ser una célula cardíaca serás una célula cardíaca. Y además, conociéndote, no serás una célula cardíaca cualquiera. Serás esa primera célula. Ésa que transmite el primer latido. Némesis. Mi pequeño corazón, no estés triste...

Fdo. Una célula diferenciada.

Juanma González dijo...

Pablo tiene razón: eres mucho más que eso. Mucho más.

Juanma.

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